Txt y Fotografia:Kike Lindemann
El pasado miércoles 23 de octubre, el Palacio de los Deportes se llenó de ritmo, alegría y emociones durante el concierto de Juan Luis Guerra, quien ofreció un espectáculo memorable. El legendario cantante dominicano logró unir a fanáticos de distintos países, incluidos colombianos, mexicanos, dominicanos y venezolanos, en una velada que fue todo un tributo a su larga y exitosa carrera musical.
Antes de que Juan Luis Guerra subiera al escenario, la cantante dominicana Snenie fue la encargada de abrir el show, interpretando algunas de sus canciones. Sin embargo, el público no recibió su presentación con tanto entusiasmo, dado que su estilo musical no coincidía con el del icónico «rey de la bachata».
Una vez que las luces del recinto se apagaron y la música de fondo se desvaneció, la euforia del público aumentó. Juan Luis Guerra apareció en el escenario lleno de energía, bailando al ritmo de su propia música, desbordando felicidad y contagiando al público desde el primer instante. La velada comenzó con temas clásicos como «Rosalía», «La travesía», y «La llave», que fueron coreados y bailados por los asistentes.
Desde los primeros acordes, quedó claro que Juan estaba completamente entregado a su público, y la reciprocidad fue total, creando una atmósfera mágica en el Palacio de los Deportes. Canciones como «Niágara», «Para ti», «Burbujas de amor», «Como abeja al panal», «Visa para un sueño» y «Mambo 23» hicieron vibrar al recinto, donde la gente no paraba de bailar a pesar de las limitaciones de los asientos. El ritmo de bachata y merengue contagió a todos, creando un ambiente de pura alegría.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando Guerra presentó su nuevo tema, «Noviecita», que fue recibido con euforia por los fans. Esta canción marcó el inicio del cierre del concierto, seguido por los éxitos «El farolito» y «Las avispas», que pusieron a bailar a todo el público.
A pesar de que el show parecía haber llegado a su fin, los asistentes no dejaban de pedir «otra, otra», y Juan Luis Guerra, fiel a su público, regresó al escenario para cerrar la noche con dos de sus temas más icónicos: «Bachata rosa» y «La bilirrubina». La energía en el recinto era palpable, y la despedida de Juan, con una gran sonrisa, dejó a todos sus fanáticos extasiados y felices.
Fue una noche llena de baile, música y emociones, que los asistentes recordarán con cariño y que reafirmó el estatus de Juan Luis Guerra como uno de los grandes exponentes de la música latina.