Txt:Arath López
Fotografías: Christian Tierney
El pasado 20 de septiembre, tuvimos la fortuna de asistir al concierto de Niall Horan en el Palacio de los Deportes. Mientras tanto, frente al recinto, en el Estadio GNP Seguros, se presentaba Metallica, ambos eventos ocurriendo al mismo tiempo. A pesar del doble de trafico, las Directioners lograron llenar el Palacio en la primera fecha, demostrando el gran amor que México le tiene a Niall.
El concierto comenzó puntualmente, con Niall apareciendo en el escenario alrededor de las 9:10 p.m., abriendo la noche con su éxito «Nice to Meet Ya». Desde el primer momento, la energía y los gritos de los asistentes, en su mayoría fans mujeres de One Direction, no se hicieron esperar. Sin duda, es uno de los conciertos donde más se sienten los gritos del público, lo que convierte la experiencia en algo inolvidable para cualquier asistente.
Niall continuó su presentación con temas como «Small Talk», «On a Night Like Tonight», «On the Loose» y «Snow». A lo largo de la noche, se le vio genuinamente feliz de estar en México, diciendo frases como: “Te amo, México, estoy muy agradecido con ustedes”. Y más allá de las palabras, se notaba que estaba disfrutando cada momento del concierto.
La noche seguía avanzando, y algunas de las canciones que más destacaron fueron: «Save My Life», «Night Changes», y «Black and White». Como era de esperarse, cuando canto la rola de «Night Changes», tema de One Direction, todo el Palacio de los Deportes estalló en gritos, brincos y baile.
Uno de los momentos más especiales fue cuando Niall interpretó una serie de canciones en versión acústica, acompañado de sus músicos y coros. Entre estas canciones estuvieron «Science», «This Town» y «You Could Start a Cult», lo que le dio un toque íntimo y mágico al concierto.
El final del show se acercaba, la energía nunca bajo su nivel. Al contrario, los gritos del público parecían aumentar con cada movimiento que hacia Niall. Cerró la noche con «Mirrors», «Still», «Heartbreak Weather» y su gran hit: «Slow Hands», siendo esta última la estrella de la noche. Todo el Palacio coreó la canción, y con una gran sonrisa y un emotivo «I love you, México», Niall se despidió, poniendo fin a una noche inolvidable.