Txt:Kike Lindemann
Fotografías: Cesar Vicuña/Ocesa
El pasado martes 27 de agosto, el Teatro Metropólitan se convirtió en el escenario de una noche inolvidable con el regreso de ALLISON, esta vez en un formato acústico que conmovió a sus fieles seguidores. Aunque la banda llegó con un toque de nerviosismo, el vibrante ambiente del Metropólitan transformó esos nervios en una explosión de euforia y alegría.
A las 8:30 p.m., el espectáculo comenzó puntualmente, con el público entusiasmado y listo para cantar sus canciones favoritas. La banda, conocida por su estilo happy punk, abrió el concierto con la poderosa “Matar o morir” de su álbum “120km/hr”. En lugar del bullicio habitual de los conciertos eléctricos, el formato acústico permitió que las canciones hicieran eco de una manera más íntima y personal.
Durante la velada, la banda interpretó éxitos como “Aquí”, “Gracias por la herida”, “16” y “Mi destino”, temas que hicieron que el Metropólitan se llenase de nostalgia y emoción. La respuesta del público fue abrumadora, coreando a todo pulmón canciones como “Algo que decir”, “Miedo” y “Tú”.
La noche también tuvo momentos de profunda melancolía con “Eres como el mar” y “Luna amarga”, que tocaron las fibras más sensibles del público. Sin embargo, el ambiente cambió cuando la banda invitó a los espectadores a levantarse de sus butacas para disfrutar de “Baby Please”, que puso a todos a moverse al ritmo de la música.
El show continuó con el aclamado “Memorama”, que recibió una respuesta impresionante. Para añadir un toque especial, la banda rindió homenaje al Divo de Juárez, Juan Gabriel, con una emotiva versión de “Amor Eterno”, combinando acústico y mariachis. El clásico “Frágil” también se presentó con mariachis, un guiño a las raíces musicales que marcaron su carrera.
A pesar de la despedida inminente, el líder de ALLISON, Erik Canales, se tomó un momento para expresar su gratitud y felicidad por el apoyo de los fans. La noche culminó con “Me Cambió”, otro de sus grandes éxitos, cerrando el espectáculo de una manera emotiva y memorable.
En resumen, el regreso de ALLISON al escenario del Teatro Metropólitan fue una celebración acústica que dejó huella en todos los presentes, demostrando una vez más el poder de la música para conectar y emocionar.