Txt: Luis Ángel Rodríguez
Fotografías:Edgar Dávila
Este sábado 21 de octubre será recordado como una fecha especial por los fans de Camilo Séptimo, debido a que la banda presentó «Jardín de las Almas», su disco de estudio más retrospectivo y que logra regresar a sus sonidos y raíces.
Con poco más de diez años de carrera y después de haber conseguido llenar con éxito distintos foros de la ciudad, como el Pepsi Center, el Auditorio Nacional y el Palacio de los Deportes, Camilo Séptimo se supera a sí mismo y eligió la Plaza de Toros La México como el venue para la cita con los seguidores.
Lo que al principio llamó la atención a los presentes fue el formato del escenario circular que cubría media explanada de la Plaza de Toros, y un par de torretas de luces que también sostenían las bocinas. Además, algunas pantallas se colocaron en las butacas detrás del escenario, dejando la mitad de los asientos no disponibles.
Las localidades que sí se pusieron a la venta poco a poco se fueron llenando mientras Solo Fernández y Moanday ofrecieron sus respectivos actos, un rock pasando de lo psicodélico a lo tradicional.
Cerca de las 20:45 horas el show principal dio inicio con «No Confíes en Mí» y la rola rompecorazones «Ser Humano», robando los primeros gritos de la velada.
Ya habían transcurrido las primeras canciones del set cuando el cantante dijo de manera poética: «Cierra los ojos y siente como el amor de tu interior florece como una sola melodía… Esta noche es un regalo, vamos a disfrutar».
«Vicio» y «Miénteme» fueron las siguientes rolas de una larga velada que estaba para complacer a todos, con el setlist pasando de la presentación de disco a recorrer Óleos, el trabajo estrella de Camilo.
Por su parte, la iluminación quedó a deber mucho, fueron escasas las luces proyectadas sobre el escenario aunque las luces que eran emitidas hacia las gradas llegaban a molestar.
La primera invitada de la noche llegó con María de la agrupación Disco Bahía. No estuvo mal su participación, pero no se sintió que conectara bien con todos los fans, otro problema que presentó fue el audio de su micrófono que no se lograba escuchar adecuadamente.
El Cover de «Culpable o no» de Luis Miguel fue de las más grabadas para llevarse el recuerdo de la noche.
Samantha Barrón también salió a dueto dando una interpretación sublime y muy bien ejecutada.
«Muchas gracias por estar con nosotros, ya son diez años de carrera que no habrían sido posibles sin ustedes».
Con pocos invitados y un concierto que no se veía (de nuevo, la importancia de la iluminación al escenario es tan importante como un buen audio) dejó un show un poco amargo.