Txt y Fotografías:Kike Lindemann
El concierto de Rozalén en el Lunario de la Ciudad de México el pasado 3 de octubre fue una velada íntima y mágica, donde la cantautora presentó su nuevo disco, El Abrazo. A las 8:30 pm, las luces del Lunario se apagaron para dar paso a Paula Mattheus, quien, con una actuación de 30 minutos, fue preparando el ambiente para recibir a la artista principal.
A pesar de la noche fría, los fans de Rozalén disfrutaron de un concierto profundamente emocional y sanador. A las 9:00 pm, la artista subió al escenario con una calidez que conquistó a todos los presentes. Durante el show, interpretó canciones de su sexto álbum, El Abrazo, un trabajo que explora el poder del abrazo como símbolo de sanación y de ruptura, dependiendo del contexto. Temas como «Lo tengo claro» y «Sácame la pena» resonaron con fuerza entre los asistentes, quienes acompañaron cada acorde con sus voces y emociones.
La inclusión fue también un elemento central del concierto, ya que Bea, una intérprete en lenguaje de señas, estuvo en todo momento acompañando las interpretaciones, asegurando que todos pudieran disfrutar de la música de Rozalén. El repertorio incluyó canciones rítmicas como «Te cuidaré de lejos», «Y busqué», «La cara amable del mundo» y «Comiéndote a besos», logrando que el público se sumergiera en una experiencia llena de color y alegría.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Rozalén interpretó «Cenizas», una canción dedicada a su padre, quien falleció, y con la que invitó a los asistentes a recordar a los seres queridos que ya no están, pero que siguen presentes en los recuerdos. La emoción continuó con otros grandes éxitos como «Te quiero porque te quiero», «Una noche cualquiera», «80 veces» y «Girasoles», canción en la que el público cantó con tanta fuerza que casi opacó la voz de la artista.
Para cerrar la noche, Rozalén agradeció profundamente a sus fans por haber hecho de esa velada algo tan especial, antes de interpretar sus últimas canciones: «Llévame», «La puerta violeta» y «Todo sigue igual». Fue un final perfecto para una noche que quedará grabada en el corazón de todos los asistentes.