Caifanes cumple con su ritual musical en el Estadio GNP con magno concierto.

Caifanes cumple con su ritual musical en el Estadio GNP con magno concierto.

Fotografías: Kike Lindemann

Txt: Luis Ángel Grace

Caifanes, la banda de rock mexicana por excelencia, cumplió con su ritual musical la noche del  31 de agosto con un concierto en el Estadio GNP que repasó su trayectoria de 37 años.

Saúl, Alfonso, Diego, Rodrigo y Marco saltaron al escenario cerca de las 21:20 horas para entregarse en el recinto que los vio regresar en 2011. Los primeros temas sonaron de la mano de una versión acústica de “Miedo”, además de «Viento», “Antes de que nos olviden» y “Los dioses ocultos”.

Caifanes repasaron su discografía de cuatro discos de estudio pasando por el material homónimo de 1988, El diablito (1990), el silencio (1992) y El nervio del volcán (1994).

Saúl comentó: «Queremos hacer público que el espectáculo más grande de este concierto eres tú, raza».

El ritual de los clásicos continuó con «Nubes», «Debajo de tu piel» y “Detrás de ti” que hicieron eco por todas las esquinas y rincones del foro.

Saúl recibió al primer invitado de la noche con un beso, Memo Briseño salió a acompañar a la banda con el tema «María de mis alquimias».

Después de que Saúl pidiera el batir de palmas para Briseño, invitó a todos a reflexionar sobre la cuestión de seguridad que existe en el país, sobretodo en cuestión de violencia contra las mujeres y presentó a Vivir Quintana para cantar «Canción sin miedo» y alzar el canto por este movimiento de conciencia.

“Ayer me dijo un ave”, «Cuéntame tu vida» y «Manténme porque me muero» calentaron los motores para que el tercer invitado saliera, Sergio Arau apareció con su característica guitarra y comenzó la intro de “Alarmala de tos”.

El show iba llegando a su punto más álgido y culminante cuando el quinteto dejó caer ante el Estadio GNP con «Perdí mi ojo de venado» y «Afuera», dos sencillos imperdibles en el trabajo de la agrupación.

Para cerrar su primera presentación en el foro, Saúl entonó «Aquí no es así» y la composición de Juan Gabriel, «Te lo pido por favor». «La célula que explota» y «La negra Tomasa» le dieron el final a la noche mágica que pasó de ser un concierto de clásicos del rock mexicano a una ceremonia a la vida, y a la conciencia social.

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