Txt: Luis Ángel Grace
Fotografías:Lau Villegas/ocesa
¡El ska extendió sus dominios en el Lunario! La Royal Club le dio un grato sabor de carnaval a la noche del domingo 14 de abril con su espectáculo que recorrió los viejos ayeres transformados en treinta años de marcar su ruta.
El Lunario del Auditorio Nacional fue testigo del estandarte de la banda, (ya es más como su máxima) de fuerza, corazón y resistencia. No es sólo por decirlo, ya que esta agrupación se encuentra apagando sus primeras treinta velitas y qué mejor que con todos sus fans que les han hecho el aguante.
Poco a poco el foro se fue llenando con muchos presentes que portaron con orgullo banderas alusivas al ska mexicano, a la Royal e incluso a otras bandas de la misma movida.
Circo Aborigen y Matamoska hicieron ruido y motivaron los primeros círculos de slam antes de entrar por el umbral de lo eterno y la “celebración máxima”, como Rafael Montoya le dice a cada show que ofrece la indestructible.
A las 20:30 horas, Rafa salió al escenario en conjunto con los músicos para hacer notorio el porqué la Royal es una de las agrupaciones más longevas del género.
“Un lugar”, “Quiero saber”, “Tu mirar”, “Este ska”, entre otras, constituyeron la primera parte del set que inevitablemente puso a bailar a todo el público.
El ska azotó al Lunario con los ritmos de las trompetas, al instante que “Vuelve” y “Sollozo” retumbaron por todos lados. Más temprano que tarde, las ruedas de codazos aparecieron para dejar en claro que con este ritmo se puede bailar y disfrutar.
La segunda parte del show incluyó además “Grita fuerte”, “Temo decirte”, “Suda mi cuerpo” y “Gusanos”.
El concierto duró cuatro bloques de 9 canciones cada uno, con un breve acústico en el que se tocaron las versiones más relajadas de “Desdén”, “No te creo” y el clásico “Su majestad”.
Después de esta tercera parte, la cuarta sección del concierto agregó más éxitos, tales como “Mediocres”, “No volverás”, “Mujer ska” y “No hemos muerto”. De esta forma terminó su concierto de dos horas de duración donde no faltó la fuerza, el corazón ni la resistencia.