Niña Pastori en el Lunario, un encuentro con el tiempo y el flamenco.

Niña Pastori en el Lunario, un encuentro con el tiempo y el flamenco.

Fotografias: Kike Lindemann

Txt:Luis Ángel Grace

La célebre cantante española, Niña Pastori, regresó a Ciudad de México para presentarse con gran algarabía y marcar su Camino las noches del 13 y 14 de marzo en el Lunario del Auditorio Nacional.

Sus dos fechas estuvieron marcadas por un set que recorrió su exitosa carrera, desde los primordios de Eres Luz del año 1998 hasta lo más actual que ha estrenado la intérprete con Camino de 2023, de hecho este par de visitas al Lunario es para promocionar su nueva gira homónima que la ha llevado a diferentes ciudades del mundo.

La primera fecha estuvo marcada por los aplausos y con un grave ausente: el baile que faltó debido al poco espacio entre las sillas. Y cómo no querer bailar con los sonidos de salsa tan bien condimentados por la banda que le acompañó.

Niña Pastori salió al plató rondando las 21:05 horas del miércoles 13 de marzo para interpretar Alegría y El Cantante, esta última siendo famosa por el puertorriqueño Héctor Lavoe.

Tras unas breves palabras de agradecimiento, el show siguió con Pon que Dale y una versión de Contigo de su paisano Joaquín Sabina, lo que causó el desbordamiento en aplausos de su agitado público.

Lejos de encasillarse en un único género musical, Niña llevó el recuerdo de todas sus raíces españolas para enrollar ritmos latinos como la salsa y el bolero, hasta el paso que recorrió el flamenco andaluz. Tan elegante como presente, fue de un lado a otro del escenario dando pasos decisivos de este baile europeo que ha conquistado adeptos en toda América Latina.

La Orilla, Cuando te Beso y La Habitación se dejaron oír en la poderosa y afable voz de la originaria del puerto de Cádiz.

Del lado del público, algunos de los presentes disfrutaron la velada acompañados con una copa de vino y algunos platillos, que realmente agregaba a la experiencia ese toque agradable.

Con una mano en la cintura y la otra en el pecho, la Niña disfrutó llevar a todo su público por un paseo por el tiempo, donde sus canciones no envejecen y son un fiel retrato a la memoria, como la letra de Desde la Azotea que repasa el adiós de un amor:

Pasan por donde pasa el tiempo

Y vuelan los recuerdos

Se quedan el argumento

Y lo que más deseo

Un horizonte lejos de ti, mi amor.

Después del momento melancólico, vinieron más canciones, Que nadie sepa de mi sufrir y la tristísima Y Para Qué.

Niña regresó tras un pequeño encore para cantar Válgame Dios, Burbujas de Amor y No Tengo una Cosa, dejando el corazón en el escenario y llevándose el amor de sus fans que esperan otro concierto más, y un encuentro más del tiempo, vino y flamenco.

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