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Fografias:Lulú Urdapilleta
Sumérgete en la experiencia extraordinaria de encontrar consuelo, comprensión y desahogo a través de las cautivadoras canciones de Andrés Obregón. Este destacado cantautor, músico y productor mexicano, oriundo de León, Guanajuato, iluminó el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México el pasado viernes 17 de noviembre con un espectáculo que colgó el cartel de «sold out».
La noche se abrió con la talentosa Valeria Dávila, compositora y cantautora regiomontana, quien tuvo el honor de inaugurar la velada. Su emotiva presentación resonó con la audiencia, evidenciando su gratitud por compartir el escenario con Andrés Obregón. La interacción con el público creó un ambiente de conexión única, donde cada nota musical se convirtió en un puente entre artistas y espectadores.
La transición hacia la actuación principal fue fluida y llena de expectativas. Obregón, el anfitrión de la noche, no solo ofreció un espectáculo musical, sino también una invitación a sumergirse en su propia historia. Iniciando con «Alguien Más», narró con pasión el nacimiento de sus canciones, introduciendo a la audiencia en su mundo creativo.
El repertorio fue una amalgama de éxitos, desde «Sólo Sé» y «Sin Maquillaje» hasta la melancolía de «Siempre Estás Aquí», donde compartió las historias detrás de la pérdida de seres queridos. «Voy Cantando» capturó la esencia de sus desafíos en la carrera musical, mientras que «Días Buenos, Días Malos» encontró su camino a la viralidad en TikTok, sumando modernidad al recorrido nostálgico.
La velada también contó con la presencia de invitados especiales, como Meli G en «Sabes» y Juan Solo en «Otra Puerta». Obregón agradeció a Juan Solo por haberlo invitado a abrir el Teatro Metropolitan en sus inicios, cuando aún no era conocido en plataformas digitales. La colaboración culminó con la invitación al público a unirse a la próxima presentación en este emblemático recinto.
«Igual Me Aviento» marcó el clímax de la noche, invitando a los Rumberos al escenario para cerrar con broche de oro. Las últimas notas de «Pausa», «Adiós, Buen Viaje» y la emotiva «Paulina» envolvieron al público en una amalgama de emociones, dando un cierre resonante a esta velada mágica.
Sin lugar a dudas, fue una noche llena de emociones, donde cada acorde y letra de Andrés Obregón se convirtieron en el hilo conductor que tejió una experiencia musical única, fusionando su historia con la de cada oyente.