Fotografías:Kike lindemann
Txt: Luis Ángel Grace
Fue una espera un poco larga, pero después de unos años fuera de la escena musical sin nueva producción y del cese de sus shows en directo, Motel regresó a la Ciudad de México en una fecha pactada este 14 de septiembre para ofrecer un concierto espectacular en el Lunario del Auditorio Nacional.
Y ya era justo tener esa fecha en la ciudad que los vio nacer, pues en el mes de marzo ya se habían presentado en el Festival Pal’ Norte de Monterrey, además de cubrir otras fechas al interior del país. Sin duda Motel demuestra que es incorrecta la frase de que nadie es profeta en su propia tierra, ya que desde el primer minuto y al ritmo de Bailando al Amanecery Aún, los fans de esta banda chilanga no dejaron de corear y de seguirle el paso en la voz a Rodrigo Dávila.
La banda definitivamente regresó a sus seguidores en el tiempo cuando sonó Olvídame, a aquellos lejanos años de secundaria o de preparatoria en donde todavía la vida de adulto no llegaba. A esta canción le continuaron Todo Para Ti, Donde Te Perdí, y una de las más aplaudidas, el hit que no podía faltar: Dos Palabras.
No es para menos que esta fecha fuera una fiesta total en compañía de toda la generación que se sabe de principio a fin los discos Motel o 17, el ambiente se prendió y la emoción fue tanta que los integrantes se contagiaron al mantener un gran dinamismo sobre el escenario por las dos horas que duró el acto.
Antes de comenzar a cantar la canción Siempre Tú, Rodrigo nos regaló unas palabras para recordarnos que no debemos tener miedo de amar: “Somos valientes al amar a alguien sabiendo que brincamos a un vacío, pero al final es donde más vivos nos sentimos”, al igual comentó “mi corazón está apachurrado” cuando vio que su público no dejaba de aplaudir.
Las palmas y los gritos se dejaron oír al unísono cuando terminó esta interpretación para dar inicio a un breve set acústico. Guillermo y Rodrigo se apoderaron del recinto para recordar esos momentos donde la banda daba sus primeros pasos, donde no se imaginaban hasta qué punto iban a llegar, pues únicamente les importaba divertirse y pasarla bien al principio.
En forma de dúo, nos pusieron a prueba para cantar algunos de sus éxitos acompañados de dos guitarras: Abriendo Paso, Presente y sutil, y Adiós a Los Ángeles, esta última en colaboración con Pambo.
También se debe resaltar el juego de luces que iba acorde a la música y que nos regaló bellísimas postales, como la iluminación tenue que caía sobre la banda en “Lejos estamos mejor”. Lo más importante a mencionar es que en todo el concierto una intérprete de señas representó en este lenguaje inclusivo las letras y las melodias de Motel. En verdad sería bueno que más artistas puedan incluir esta dinámica para hacer que los espacios culturales den cabida a todos los tipos de comunicación, fomentando un lugar más inclusivo.
El cielo del Lunario se iluminó con las lámparas de los celulares durante Uno Dos Tres y Así Me Quedo, y mientras Guillermo Méndez agradeció a los presentes a estar dispuestos a siempre acompañar a la banda, en especial en una noche tan significativa.
Las pinceladas de música que Motel nos regaló no se detuvieron ahí, ya que sus fans fueron testigos del estreno en vivo del sencillo Rumbos Paralelos acompañados por la talentosa cantante Florencia Quinteros, de la agrupación Celest.
La velada lamentablemente ya iba llegando a su fin y tras hacer una breve pausa regresaron para acabar de enamorar a sus seguidores con los clásicos Por Siempre, Dime Ven y el sencillo de su segundo disco, Y Te Vas.