Regresa a la pantalla grande, la secuela de esta gran historia, también, por supuesto, adaptada de la exitosa saga de libros de W. Bruce Cameron, quien sigue explorando el tema de la reencarnación y como el amor de un perro lo mantiene ligado a una persona.
Ahora, sí lloraste con la primera cinta, prepárate con una caja de pañuelos desechables antes de entrar al cine, y lo digo por experiencia, mientras disfrutaba de esta emotiva y entrañable historia no paraba de llorar conmovida hasta los huesos por la gran historia que el director Gail Mancuso pudo plasmar con esta historia, que es muy, muy, en verdad muy emotiva, tocando puntos muy sensibles en aquellos que tenemos un vínculo muy fuerte con nuestro perro.
Esta conmovedora historia nos enseñará que el amor nunca muere, que nuestros verdaderos amigos estarán siempre a nuestro lado y que cada criatura en la Tierra ha nacido con algún propósito.
Después del éxito de la película anterior, esta nueva entrega narra la manera en la que Ethan (Dennis Quaid) envía a su perro Bailey a que acompañe a su nieta en una vida en la que él no puede estar con ella.
Aunque la película recurre continuamente a fórmulas para hacernos llorar y está llena de situaciones trágicas constantemente, hay que reconocer que funciona, pues logra enternecernos en diversas ocasiones.
Al igual que la película anterior, La razón de estar contigo: un nuevo viaje parte de la premisa de un perro que va cambiando de cuerpo y a lo largo de sus distintas vidas busca estar al lado de CJ, desde que es niña hasta que es una mujer adulta.
Sin embargo, no todo es drama en la película, pues también tiene momentos de humor y chistes que la vuelven un melodrama divertido y emocionante, que nos recuerda la importancia de estar con las personas que queremos y de intentar dar lo mejor de nosotros al igual que los perros.