No es una idea novedosa ni única, a través de los años el mundo cinematográfico ya nos ha presentado obras que abarcan las diferencias de tamaños, escalas, de los seres vivos para que lo cotidiano se vuelva una monstruosidad. Como por ejemplo Los viajes de Gulliver (1960), Viaje fantástico (1966) y Querida, encogí a los niños (1989), Una noche en el museo (2006) y muchas más.
Alexander Payne utiliza estos recursos visuales con moderación y va más allá al plasmar una sátira social sobre el ideal de poder alcanzar una vida de ensueño, mejorando al instante su situación económica, su vivienda, en fin, todo lo que en su vida han deseado.
En Pequeña gran vida, la tecnología da la posibilidad de reducir el tamaño de las personas a escasos 12 cm, así como todo lo orgánico (flora, fauna) a partir del invento de un científico noruego que lo presenta como la solución definitiva a la sobrepoblación, a la contaminación y la falta de recursos que afectan al planeta.
Pequeña gran vida trata de brindarnos una premisa humanizadora sobre los problemas que afronta el hombre en la actualidad y la difícil, hasta tardía, toma de decisiones sobre su vida y su entorno. Podríamos decir que la película tiene muy marcadas 2 tramas, la de ciencia ficción en la cual nos muestra ese avance tecnológico el cual sólo un 3 por ciento de la población lo ha aceptado. Y un segundo tramo, donde “intenta” crear una conciencia sobre las fallas de las sociedades actuales y las grandes problemáticas que podrían llevar a la extinción de la raza humana.
En su travesía al nuevo mundo, habitado por personas pequeñas en mansiones y con diferencias de clases, Paul se relaciona con un extravagante vecino (Christoph Waltz) que hace grandes fiestas en su departamento (quien se lleva la película completa, dando uno de los personajes y actuaciones más rescatables), su socio y compinche inseparable (Udo Kier) y con la vietnamita Ngoc Lan Tran (Hong Chau), la mujer polémica que es de los primeros inmigrantes indocumentados que llegan a estos miniparaisos, quien al final vive en los suburbios de la “tierra prometida” y se desempeña como personal de limpieza mientras convive en la miseria entre chinos y mexicanos.
El atractivo principal del relato es la idea central, aunque su desarrollo deje mucho que desear al ser llevado de la mano de las acciones burdas y grises de Matt Damon, que, aunque trata de mostrarnos todo tipo de situaciones emocionales, no se sienten reales, y en donde la “miniaturización” prácticamente desaparece a los ojos del espectador porque se pierde la comparativa de con los “tamaños reales” en más de la mitad de la película, dándonos sólo una visión normal/graciosa de algunas situaciones cotidianas.